El Dragón inicia

Psicología del Impulso de Muerte

Te voy a hablar desde el corazón… por lo tanto, no leas lo que voy a escribir… (¡tal vez no tengo corazón!)

¿Ya sabés que vas a morir? Quiero decir, existe un momento en la vida de las personas en el que nos damos cuenta afectivamente que vamos a morir (hasta ese momento era sólo una teoría, a partir de allí es una realidad). Esto ocurre en un momento delimitado en el tiempo, sucede por lo general frente a un suceso relacionado a la muerte, como puede serlo la pérdida de un ser querido, u otra experiencia de fuerte límite. A partir de ese momento se dividen las aguas y se termina la niñez.

Si estás en este “lado oscuro de la Fuerza”, te voy a contar algunas cosas que van a suceder, como para que estés preparado… o preparada.

Trastornos de Ansiedad… Depresión… Fobias… Adicciones… Trastornos de Personalidad… ¡Esquizofrenia!… bla bla y bla! Todo verso. Un sólo fenómeno le subyace: el miedo. ¿Por qué? Porque todos estos modos de funcionamiento psíquico disfuncional están “construidos” por nuestra psiquis para desenfocarnos de un peligro mayor (es preferible a nuestra psiquis “luchar” contra estos enemigos visibles y concretos que contra la extinción total de todo lo que somos -contra ello no puede combatir), son maniobras de distracción producidas por los mecanismos de defensa.

Cuando llega este momento de la consciencia de la muerte, nuestra mente dispara, inicia un proceso inconsciente de autodestrucción, que es totalmente lógico en su funcionamiento. Nuestro Self (=sí-mismo) es derrotado en su pretensión de vivir por esta idea-descubrimiento y se rinde a la inevitable autodestrucción. Esto, así de claro, es el concepto de Impulso de Muerte o Tánatos genialmente desarrollado por Sigmund Freud en 1923.

¿Y ahora qué hacemos? Justamente ése es el problema: el hacer. En contrario: no hay que hacer algo. Mirá a tu costado, mirá a los chicos que fueron a la escuela con vos… ¿ves cómo sus vidas se desmoronan y derrumban en pedazos a medida que pasa el tiempo? No es mala suerte, ¡no! ¡no! Es este impulso de autodestrucción.

¡Ves! ¡Era cierto que no tengo corazón!

En realidad quiero traerte una buena noticia. Pero antes, permitime que te cuente un sueño (los psicólogos analizamos sueños); no es mío, fue de un hombre que falleció hace mucho y que se llamaba Juan, tal vez lo conozcas. Como el sueño tiene unos 1990 años, está relatado en un lenguaje de otra época:

Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.

En la Mitología, el Dragón es por lo general el representante de este Impulso de Muerte al que me refiero. Fijate cómo el sueño dice que “arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó a la tierra”; esos son tus amigos que se cayeron de la altura de la infancia, donde la imaginación y la libertad podían existir, arrojados a vivir en el consumo, la industria y todo esto que nos masacra literalmente. Tal vez en otro momento pueda explayarme más sobre este análisis; ahora quiero contarte la buena noticia. Está también presente en el texto.

Fn. Función Niño

Del mismo modo que existe un proceso de la naturaleza que lleva al ser humano a la muerte, también existe otro que lleva la vida, sin negar el anterior: la reproducción, la cual es aún más potente que el anterior. Esto significa que si el Ego (el tuyo y el mío) se orienta hacia la niñez (ya sean nuestros hijos, los de nuestras familias o nuestro “niño interior”), la naturaleza va a activar el contrapuesto Impulso de Vida; puesto que la crianza es la función más ponderada por la naturaleza, destina los mayores recursos a eso (si no se termina la especie).

Fn donde n = recursos nuevos del ser individual y colectivo.

Estos recursos pueden ser cuidados, potenciados, ayudados; o por el contrario consumidos. Tu dime de qué lado de la Fuerza vas a estar y yo te voy a contestar en cuanto tiempo te va a ejecutar tu dragón.

Apps! Cuidado con el consumo.

ME.

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