PROBLEMAS DEL AMOR: ENCUENTROS Y DESENCUENTROS

La verdadera ley de la atracción

Podría decirse que existe una fuerza oculta en la naturaleza que nos lleva a mujeres y hombres a aproximarnos y unirnos entre sí, a amarnos; esta fuerza tiene sentido de sí en la reproducción y perpetuación de la especie humana. No somos del todo conscientes de ello, no obstante estamos programados desde nuestro ADN para comportarnos de esta manera.

A su vez, existe otra fuerza oculta en nuestras vidas, tan fuerte como la anterior pero que se dirige en la dirección contraria, llevándonos hacia la soledad, hacia la imposibilidad de conectarnos unos con otros. Llega mucho más lejos de lo que creemos: llega al extremo de tomar el control sobre nosotros y nuestras voluntades a través de la locura (u otro padecimiento) cuando permanece insatisfecha. Hace que muchas veces hombres y mujeres nos peleemos mutuamente cuando en realidad queremos amarnos y expresarnos afecto.

¿Pero qué es esto y cómo podemos explicarnos esta aparente contradicción?

El flautista de Hamelin o “el dueño del corazón”

En el cuento, el flautista se lleva a todos los niños de un pueblo que lo traiciona tras haberlos librado de las ratas. Con las melodías que salen de su flauta, capta la atención del corazón de todos los niños que, hipnotizados, desaparecen por siempre tras él.

Este cuento no tan infantil representa un arquetipo que se halla presente permanentemente en nuestras vidas pero que desconocemos y que produce un efecto inconsciente y determinante sobre nosotros, tanto que si no nos damos cuenta de qué es lo que reclama puede llegar a llevarse nuestro corazón y toda nuestra vida. Puede llevarse todo a través de una adicción al alcohol, a través de la violencia que destruye familias, a través de infidelidades o por medio de un sin sentido y vacío permanente de nuestra existencia.

Lo creamos o no, si nos animamos a hacer consciente lo inconsciente, rápidamente notaremos su presencia en nosotros y la fuerza de atracción que tiene, cómo nos puede dominar y llevarnos completamente hacia dónde quiere.

¿Hacia dónde quiere llevarnos eso? Antes de poder comprender esto,  tenemos que hacernos otra pregunta: ¿cómo es que puede atraernos de tal manera? Para ello, volvamos al flautista de Hamelin; ¿cómo es que logra captar la atención total de los niños? Si tomamos a “los niños” como metáfora de nuestro “niño interior”, tal vez ya podamos ir haciéndonos una idea de lo que sucede. Esta fuerza que nos atrae lo hace con la melodía de la felicidad, del disfrute de la vida, del sentido de vivir quizás también, en última instancia es un intento de escaparse del miedo que todos tenemos a morir, porque la distracción nos sirve un poco para no pensar en ello.

Esta fuerza interior que nos atrae hacia la soledad y el alejamiento de los otros lo hace desde el poder de hacernos no sentir el crudo dolor de nuestra muerte y la de nuestros seres queridos.

Pero vayamos un poco más profundo: ¿por qué, cuál es el sentido de todo esto?, ya que parece no tenerlo. Si retomamos el cuento una vez más, nos está faltando saber por qué el flautista actuó de aquella manera. Él lo hizo porque fue traicionado por aquellos a quienes liberó de un grave problema y los ayudó a vivir mejor; por lo tanto, lo que podemos apreciar es que lo que “el dueño del corazón” hace es reclamarnos nuestra atención y nuestro oro (lo que más vale de nosotros, nuestra vida interior), y mientras no le demos su paga no va a dejar de arrancarnos el corazón y dejarnos desgarrados de paz interior.

¿Cómo es, qué hago, a dónde llevo mi vida interior? Es más sencillo de lo que parece: es tiempo a mi vida interior. Es sólo un momento para escuchar su melodía.

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