El Arquetipo más peligroso del Inconsciente Colectivo (Final)

La Amante al desnudo: ¿sexo crudo o cocido?

El enamoramiento rompe todas las estructuras… sociales… mentales… es un oportunidad de cambio… y el sexo marca a fuego esa ruptura.

El sexo y el enamoramiento desestructuran el sistema de pensamiento racional. Podría decirse de modo inverso: una vida ordenada y domesticada (o sea: la “rutina”) mata toda pasión. Por ello, por el potencial caótico y desorganizador que el sexo posee sobre la psiquis, la construcción ideológica de nuestra cultura, cómo nos organizamos socialmente, atenta contra la vida sexual que requiere libertad y una alta dosis de caos. Problema difícil de resolver o de conciliar con las urgencias cotidianas.

Sin embargo, si miramos desde otra perspectiva al sexo crudo, podemos ver que la desestructuración que produce, el reclamo de imaginación desesperada que posee y la energía que moviliza, implican elementos esenciales del proceso creativo. Por lo tanto, esta movilización sexual que introduce el/la Amante estimula la inteligencia… ¡el problema es que no es sencillo resistir la tensión! y parece ser necesaria la estructuración racional y la codificación… de la sexualidad. Como el relato de Ulises muestra, no cualquiera se aguanta el canto de las sirenas.

Una chica superpoderosa

Hace 3,5 millones de años Lucy se puso de pié; ya no podía refugiarse en los árboles y debió erguirse porque la sabana africana no le permitía ver a través de ella.

Al adoptar la bipedestación debió tomar en sus brazos a su pequeño hijo, que portaba a sus espaldas; al tomarlo en sus brazos no pudo recoger los frutos que necesitaba para alimentarse y debió ser ayudada por su comunidad y, especialmente, por el macho. Al tomar en brazos a su bebé lo estimuló con su mirada, su voz y sus gestos faciales desarrollando su sistema nervioso central vertiginosamente; para atraer al macho se volvió receptiva sexualmente a él de modo permanente, diferenciándose de las hembras de otras especies…

Al estar junto a ella y su cría, ella lo acarició y él volvió a vivir una experiencia inédita en la vida de un macho adulto… y permaneció junto a ella. Él se convirtió en humano por el afecto de una mujer, salió del sexo animal y limitado a la reproducción para conocer la sexualidad de las caricias.

Lucy representa de modo genérico a aquellas primeras mujeres, hembras homínidas, que con su toque divino cambiaron la especie. Ningún hombre tuvo jamás ese poder.

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