Día del padre

¡Un papá!

Un padre es único, y la experiencia junto a él es exclusiva, aún cuando tengamos muchos hermanos.

Menciono esto porque la paternidad tiene que ver con el enfoque que un adulto da a un niño, una concentración de la atención en una sola cosa o en un sólo aspecto de la realidad. Ésta es una cualidad esencial de un padre. Y el «uno» se opone a la «dispersión».

Te lo voy a decir de una vez y sin «anestesia»: es el lugar de nuestro padre en nuestra psicoafectidad lo único que nos saca de la angustia y nos devuelve el sentido existencial. «Mamá» cumple otra función -que abordaré en otros posteos.

¿Y si papá no está?

En nuestra extendida Latinoamérica, el problema es precisamente éste: el padre no está. No porque haya muerto necesariamente, sino porque nosotros -los hombres y padres- no tenemos la más remota idea de cuál es el sentido de la paternidad.

Si papá no está, necesariamente tenemos que «conectar» con él, aunque esa conexión se limite a una búsqueda eterna, en este caso, la búsqueda será el enfoque. Si él ha fallecido, necesitamos reconocer sus rasgos que perviven en nosotros; si lo tenemos, basta con compartir.

Papá de hijo, papá de hija

La paternidad siempre tuvo que ver en nuestra especie -la cuál, te recuerdo, tiene más de 3.000.000 de años de evolución codificada en nuestro ADN- con el afrontamiento del mundo externo y, para ello, la destreza psicológica ha desarrollar es la concentración de la atención en un sólo aspecto de la realidad; seas hombre o mujer, cada vez que realizas esto desarrollas, como si de un músculo se tratase, la función paterna en tu psiquis. La cual te aleja de la angustia y aumenta tu capacidad resolutiva, sin importar aquello en lo que te concentres. ¡Sin importar qué!

Mientras no comprendemos esto, nuestras vidas fluctuan en el inestable mar de las emociones, sin timón, vela ni quilla que le dé dirección al sentido de nuestra vida.

Seas hombre o mujer, hayas tenido padre o no, fuera aquella una buena relación o no, te desafío al siguiente descubrimiento empírico: enfócate en una sola cosa y dirige hacia ella toda tu energía, después me comentas los resultados.

Presta atención a esto: en La Guerra de las Galaxias, un joven descubre que es hijo del hombre más vil y tirano del universo (¿ok?, el joven tiene un padre difícil), sin embargo, toda la compleja trama psicológica consiste en cómo llegar a conectar con él, sin jamás negar su lugar y aún su supremacía. Duro de aceptar para quienes no han tenido un padre que los reconozca, pero necesario de reflexionar.

¡Un feliz día para todos los papás y sus hijos!

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