Lo que se opone a la alegría es la tristeza y la angustia; hay un tipo de angustia que es buena porque lleva al crecimiento personal -en otros artículos la he tratado-, pero aquí quiero referirme a la «mala angustia», la que trae aparejada culpa y sentimientos de muerte. Esta última, la angustia de muerte, proviene del miedo; su orígen y su causa están ocultos, son inconscientes, pero sencillos de desenmascarar cuando se observa con buenos ojos.
Una opción
Estos sentimientos negativos que menciono se aplacan cuando una persona comienza a mostrar una actitud agradecida con la vida, mezcla de respeto y reverencia a este proceso incomprensible para nuestra mente que, cómo especie, nos mantiene vivos hace ¡más de 3.500.000 años! Sin embargo, para muchas personas esta sencilla actitud es muy difícil de desarrollar. Averigüemos por qué…
Corazón con agujeritos
Voy a ser sincero: no me gusta plantear este tema, ni me considero el hombre con la capacitación adecuada para hacerlo, pero algo dentro de mí me dice que tengo que decírtelo.
Una de las situaciones que trae más angustia y tristeza a las personas que vienen a la consulta psicológica es la sexualidad, me refiero a ella de modo amplio -con todo lo que implica afectivamente-, pero también me refiero de modo concreto al sexo. No quiero escribir nada al respecto, sólo sugerirte una pregunta cuya respuesta sólo tu guardes: ¿realmente el sexo casual te deja satisfecho? Tal vez haya algo aquí donde se enraizen muchas tristezas. Aún así, el corazón tiene algo más profundo.
Una mochila muy pesada
¿Cómo puedo decirte esto…? Mmmm, bueno, que sea como me salga.
Todo esto que valoro de mí mismo: mi profesión, familia, éxitos, todo lo que considero un «logro» o un «éxito», va forrando mi ser con un pesado, muy pesado tener, y a dicho tener hay que alimentarlo y pagarle «impuestos emocionales» permanentemente, cada vez más caros en la medida que más grande y brilloso se torna mi Ego. Y ello… y ello… consume mucha energía (cualquier empresario o comerciante me va a comprender perfectamente haciendo un simple paralelismo entre el Ego y la AFIP -ente recaudador de impuestos en Argentina). Ésta es una de las razones más profundas de las tristezas patológicas, aquellas que no responden a eventos de pérdidas que las justifiquen.
En el título de este pequeño artículo dije «recuperar la alegría»… ¿cómo es eso? En primer lugar necesitamos hacer un buen diagnóstico para poder llegar a un buen tratamiento.
Alegría desde dentro hacia fuera
Los párrafos anteriores estuvieron destinados a interrogar acerca de si la mayor parte de las tristezas de tipo existencial tienen que ver con el mal trato del amor y el Ego. Ellos representan tres criterios fundamentales y sencillos para poner el corazón en orden y preparado para alegrarse. Corregido el error, el reconocimiento del la inmensidad de la vida y el ser parte de la naturaleza hace emerger naturalmente la alegría. Muchas veces no hay que forzar un proceso normal, sino más bien permitirle que suceda como está genéticamente programado. Te recuerdo este número: 3.500.000. Muchos más que mis velitas de cumpleaños.
¡Un abrazo!