La maléfica melancolía cobra una nueva víctima
El 15 de enero de 2018, a los 46 años falleció una artista, cantante de la banda The Cranberries. La muerte de un artista siempre interroga acerca de lo que ésta representa para la cultura; ellos como ninguno, son emergentes de pasiones ocultas del espíritu de la época, las cuales suelen encarnar con su propia vida.
Creo que a muchos nos conmovió su voz en Zombie, delatando el sufrimiento de los niños en las luchas armadas, su voz desgarradora es imposible de olvidar.
Algunos datos biográficos me llaman la atención acerca del significado de su vida. Su padre sufre un accidente a los dos días de nacer Dolores, quedando en silla de ruedas, y a los 12 años escribe su primer tema llamado «Calling» sobre su primer amor, su maestro de escuela. Podría sintetizar esta referencias en una sola palabra: padre.
En su historia infantil fue víctima de abuso sexual y, posteriormente, diagnosticada como «trastorno bipolar» (un tipo de psicosis). De alguna manera, estos datos nos acercan al tríptico de la melancolía: fallo paterno + tristeza + culpa (un sentimiento que se produce como reacción en persona que sufrieron un abuso sexual).
La psiquiatría no puede contra ella
Kurt Cobain, entre muchos otros, fue atrapado por la misma patología que conduce violentamente a la muerte. Pero, ¿Dolores no se suicidó? Lo dramático es que la melancolía conduce a la muerte con, o sin, suicidio. La muerte prematura cierra perfectamente el circuito de esta mortífera serpiente que termina devorando su propia cola.
Ninguna técnica puede disolver un arquetipo
Desde mi punto de vista, la melancolía no es una patología de la personalidad, sino una afección del carácter más profundo de la persona que queda envuelto -como poseído- por un arquetipo, un patrón rígido de pensamientos catastróficos, sentimientos de culpa y vacío existencial, que es parte del inconsciente de la cultura y con el cuál queda «sincronizada» la vida de la persona que la padece.
Un arquetipo no puede disolverse ni «curarse», sino que debe percibirse su función «reveladora». Dolores revela, muestra, desde su nombre hasta su muerte, una plenitud de significados.
Interpretación: Un grito del Ánima
La vida de esta artista encarna el arquetipo del Ánima, atrapado en el sufrimiento y sacrificio de tantos niños. Un grito audible del silencio, su misión es perfectamente realizada, su significado, su LOGOS. Difícil soportar esta crucifixión de una joven. Pero en tres días ha de resucitar.
Aquí debajo, el vídeo de Zombie.