Recientemente recibí la noticia de que desarrolladores de Google se oponían a una decisión de su gerente de trabajar en cooperación con las fuerzas armadas de EE.UU. a través del empleo de modelos de inteligencia artificial. Primero pensé: «¡Qué ilusos!» Después me dije a mí mismo: «¡Qué bueno este sinceramiento!»
Luego de la segunda gran guerra, EE.UU decide tomar el control de gran parte del mundo por medio de la fuerza militar -no es una crítica, sólo una aclaración-, éste es su eje rector en política -internacional e… intranacional-, su comando fundamental. Es una elección y toda elección implica una modalidad de responder a ello.
Considerando estos determinantes, podemos reconocer que todo desarrollo científico, cultural, empresarial, estará siempre dirigido por el poder y la fuerza en este país. El desarrollo exhuberante que Google ha tenido en los últimos años ha sido posible en este particular contexto, y sólo tiene sentido desde esta perspectiva; lo que actualmente sucede no es una intromisión del poder bélico en la inteligencia cooperativa de los jóvenes ingenieros, sino simplemente su consecución lógica. No obstante ello, voy a realizar un intento explicativo desde la Psicología Junguiana aplicada a problemáticas globales.
Ánima y Ánimus
La diversidad de colores de Google, su libertad creativa e imaginativa, su espíritu cooperativo, representan cualidades de la psiquis femenina o Ánima en la Psicología Profunda de Carl Jung, potencialidades que sólo ésta puede desplegar. En su contraparte, el enfoque de la atención y la concentración de la fuerza en la búsqueda de objetivos concretos y tangibles, responde a características de la psiquis masculina o Ánimus. Por lo tanto, lo que en esta situación sucede es que la mentalidad estadounidense ha permitido el despliegue del potencial del Ánima creadora y ahora está decidida a apropiársela por parte de la externalización deformada del Ánimus que es el patriarcado militar. Éste no representa la psiquis masculina, sino a su deformación por medio de la violencia.
No obstante, esto es sólo un emergente superficial del Espíritu de la época, y podemos realizar un análisis aún en mayor profundidad.
Google se hace hombre
De manera similar al modo en que el mundo adulto hace añicos los sueños del alma infantil, la política norteamericana le dice a Google que ya es momento de que sea haga hombre: «éste es el mundo real, basta de jugar como niños».
El Ánima ha quedado atrapada en las garras del machismo, del jerarquismo asociado al poder de someter al otro.
El dragón y el bebé
Desde la Psicología Junguiana podemos considerar que los distintos fenómenos sociales son emergentes de símbolos arquetípicos que podemos rastrear en las mitologías y corrientes espirituales, las cuáles conforman el Inconsciente Colectivo. Buscando un intento de exploración más profundo, notamos las relación arquetípica entre el poder y el Ánima en el Apocalipsis, por ejemplo:
Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. Ap. 12, 1-4; RVR 1960.
Diferentes símbolos, aquí la mujer vestida de sol y el dragón escarlata, representan la misma relación entre el Ánima que engendra, fructifica (como los jóvenes desarrolladores de Google) y el dragón (ejército) que pretende devorar su obra.
Una desviación del Ánimus
No obstante lo dicho, existe un sesgo peligroso al identificar el Ánimus con el patriarcado violento; como señalé párrafos antes, el machismo es una desviación patológica del Ánimus, el cuál también posee un aspecto productivo y saludable referido a la capacidad de enfoque y de logro de la energía masculina. Empleo un ejemplo patológico porque a través de estos casos es sencillo apreciar la esencia de uno y otro aspecto, al mismo tiempo que es útil para mostrar cómo se entrelazan complejamente Ánima y Ánimus en los desarrollos colectivos y cómo estos remiten a un Espíritu Profundo, cuyos determinantes son arcaicos en nuestra mente y en nuestra cultura.