La estética como sustituto del déficit de energía

Numerosas horas de entrenamiento diario en búsqueda de la energía perdida

Mientras transcurre el siglo XXI los jóvenes (y no tan jóvenes) invierten una gran parte de su tiempo en entrenamiento en el gym o actividades similares, lo cual parece ser muy bueno para su salud. Sin embargo, nada es muy bueno si no tiene un para qué. Es en este punto donde se diferencian las acciones de un deportista -por ejemplo- de las del hombre y mujer promedios. Aquel entrena para la competencia deportiva, para escalar una montaña… éste lo hace por la imagen como target.

Perdidos en una nube de sin-sentido, nuestras noveles generaciones aspiran a que la mencionada estética los convierta en «influencers» de redes sociales y, desde allí, seguramente encontrarán una autovía directa al éxito, la felicidad y todo aquel cúmulo de sensaciones placenteras del tipo «viajar por el mundo sin trabajar».

Podría argumentarse que el ideal que menciono no tiene por qué ser negativo, no parece tener algo «malo» en sí mismo. En realidad, no posee algo de esta cualidad en sí mismo, más bien conlleva un peligro. Por alguna razón los sabios de prácticamente todas las culturas conocidas han rechazado radicalmente estos patrones recurrentes desde milenios anteriores a los actuales «millenials» y denominaciones similares. Veamos si podemos lograr nuestro propósito una vez más: romper la oscuridad.

Breaking darkness

No pretendo explayarme en descripciones pesimistas, sin embargo, un buen diagnóstico es necesario para una adecuada terapéutica. Lamentablemente, el infierno existe en este mundo, he estado allí numerosas veces y escribo porque no quiero que alguna persona deba pasar por aquel estado interno.

Yendo al punto crítico, la cuestión tiene relación con un peligro intrínseco, propio, al sentimiento y las emociones. Las emociones, bajo determinadas circunstancias ambientales (una pérdida), pueden producir un estado de desequilibrio interno en el ser humano ante el cual aquellos objetos anhelados por la marea de seguidores de Peter Pan nada pueden hacer, por el contrario, potencian el derrumbe.

Emoticones. Símbolo de la sociedad emocional

Marcados para una misión

Podríamos pensar que el joven es conducido por la fuerza de sus emociones, pero en la mujer y el hombre adultos es el propósito de vida el que guía la toma de decisiones, al tiempo que las emociones se organizan como «acompañantes» del proceso, no conductoras. Este propósito elaborado profundamente define la identidad (individuación en la Psicología Junguiana), aquello que el ser humano realmente es y el sentido que posee su vida. No resulta difícil comprender este razonamiento, sin embargo, su concreción es mucho más compleja de lo que parece.

Lamentablemente, las experiencias críticas de la vida nos muestran este desgarramiento interno, cuando lo material y lo espiritual entran en cruda batalla. Nadie está realmente preparado para afrontar aquellas situaciones, no obstante, la definición de un propósito puede ser de gran ayuda en esos momentos. Por otra parte, el propósito trasciende su capacidad como «mecanismo de defensa» y se proyecta como el recurso psíquico fundamental para hallar felicidad en la persona adulta, aquella que trasciende las distracciones superficiales; esta cualidad nos conduce hacia la búsqueda de expresión de nuestras destrezas, capacidades y potencialidades. En la búsqueda de este sentido trascendente a nuestro Ego liberamos toda nuestra energía. Esta viviencia arrasa, quita de raíz, toda frustación.

ME.

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