Un tren en la nube

Arriba el tren, pronto nuestro pasajero y protagonista lo abordará hacia un destino desconocido pero dejando atrás un pasado terminado.

La pérdida del valor

Su poblado de montaña se encontraba reducido a cenizas por un incendio forestal. A la sequía del invierno le había seguido un verano muy caluroso; tarde o temprano, el destino era inevitable… Alguna pequeña chispa de fuego fue el inicio de un monstruo indomable que había acabado con casi todo. Ante el infortunio, muchos quedaron inmovilizados sin capacidad de reacción, otros optaron por permanecer en el lugar para la reconstrucción, un trabajo moralmente loable; sin embargo, él prefirió partir y dejar atrás la memoria del fuego.

Meditó por un instante:

Algunos prefieren reparar y restaurar, otros, renacer.

La imagen de la partida estaba en su mente desde hacía tiempo, no obstante ello, sin la reciente destrucción la ejecución de la decisión habría tardado muchos años.

Análisis: La pérdida y una decisión

La pérdida de una persona amada, un trabajo de «toda la vida» que termina, la migración hacia un nuevo país o una «bancarrota» económica representan un momento de toma de decisión que se relaciona a la gravedad de la pérdida. No siempre es necesario un cambio radical y total, pero cuando éste es inevitable tiene ciertas cualidades interesantes que observar porque lo primero que produce es un proceso de aprendizaje, lo cual resulta gratificante para el ser humano.

Del mismo modo en el que la mítica esposa de Lot (historia del libro Génesis) fue convertida en estatua de sal por mirar atrás, existen momentos en los que es mejor olvidar todo pasado y enfocar la atención en un nuevo proceso de aprendizaje, el cual trae la sensación de vitalidad y alegría de lo nuevo.

Amén de lo dicho y en contraposición radical a la postura psicoanalítica (que plantea el análisis desde el pasado y la infancia para todo contexto presente), existe un motivo de importancia por el cual no mirar hacia atrás en momentos críticos de cambios: el pasado posee la construcción del Ego, la imagen del Sí-mismo; no necesariamente mala pero sí limitada. Considera por un momento la situación de una persona que ha migrado a un nuevo país con una cultura y una lengua foránea, su historia personal podría ser un obstáculo peligroso para la adaptación requerida.

La creación de valor

Junto al aprendizaje de una nueva destreza surge la posibilidad de crear un nuevo valor para sí y para el entorno. Algo quizás nuevo y desconocido pero que difícilmente podría ser visto como un placer narcisista y autorreferente. Aquí comienza a tomar fuerza la idea del «tren» con su potencia externa al Yo que lo transporta rápidamente hacia una nueva realidad; éste tren es una metáfora del proceso que realiza el Inconsciente Colectivo (colectivo, no individual).

Aprendizaje + colectivo = valor

Nota a pié de página: con el símbolo del tren que parte hacia un nuevo rumbo pretendo invitarte a una meditación sobre los tiempos en que es necesario un cambio completo; puede ser tu situación personal o no, pero supongo que es la del mundo a comienzos del siglo XXI. Prefiero no extenderme en las palabras ya que tu reflexión es más importante que mi opinión. Es mi intención continuar estas ideas, mientras el Inconsciente Colectivo me continúe guiando por ellas.

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