Una pastillita para dormir… pliiiiis!

Una noche en que no podía dormir busqué algún video con música relajante para descansar; me sorprendí de la cantidad de visitas y suscriptores que tenían estos canales. O sea: hay mucha gente que no puede dormir.

Un falso control con un alto costo

No fui a la farmacia para preguntar cuántos hipnóticos -pastillitas para dormir- se venden, pero supongo que las estadísticas deben mostrar barras de consumo muy altas y muy gordas. Sin contar el consumo de alcohol, prótesis infaltable en la noche de muchos insomnes, con un altísimo costo, por supuesto.

Consumir psicofármacos es una acción muy nociva para el Sistema Nervioso, además, ello conlleva un daño psíquico increíblemente superior al del daño neurológico que pueda producir su consumo habitual. Hay allí una pérdida.

Lo que se pierde es la lucha, la batalla. Se dice que Jacob luchó toda una noche con Dios para obtener su bendición, y que tras ella también recibió un nuevo nombre: Israel.

<<Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc. Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.>> (Génesis 32, 22-30).

Es interesante notar que  el nombre Jacob significa «suplantador» (tramposo), y que Israel significa «el que lucha con Dios».

¿Por qué te digo esto?

Porque la «pastillita» te impide la lucha interna que te cambia, que te transforma en otra persona (te cambia el nombre, el sentido); si hay insomnio es porque existe un proceso interno en desarrollo ¡más importante que dormir!, y es un gravísimo error impedir esta experiencia.

Pero vayamos más allá, porque no es de insomnio de lo que quiero hablar.

Una droga muy peligrosa

Algo similar sucede con la superstición; ésta es una especie de «droga espiritual» en el sentido que ofrece una «fórmula espiritual» (en vez de química) para acallar la angustia y el vacío del alma (en paralelismo al insomnio). Puedo rezarle una fórmula a una estatuita e irme a dormir tranquilo. El problema es, justamente, que no va a pasar nada. ¿Por qué? Porque no va a haber lucha interna y, como en la cita anterior, lo que queremos alcanzar (sea dormir, tranquilidad, felicidad, lo que sea) se debe ¡conquistar! La superstición nos debilita, nos inhibe nuestra capacidad de lucha interior.

No lo podés controlar

No te pierdas la oportunidad de luchar interiormente, pocas cosas se asemejan a esta conquista y dan la alegría que este proceso genera. Lo que sucede es que el proceso interno es contra algo incontrolable, como el insomnio, y nos cuesta mucho soportar la incertidumbre de lo inconsciente (según Lacan: Dios es lo Inconsciente). Ante esto hay sólo una opción:

Acéptalo, ¡lo antes posible!

Jacob no se rinde, no deja la lucha interior hasta no conquistar el bienestar que está buscando, no obstante ello, debe confesar lo qué él es, debe reconocer en Sí-mismo (Self) que es un embustero, sólo tras ese reconocimiento (que constituye el momento en que suelta el control de su Ego, la herida del ángel representa la herida al orgullo propio, a su modo habitual de lograr sus objetivos), recibe la tranquilidad anhelada y se transforma en otra persona, esa experiencia lo transforma en un hombre que «lucha con Dios», que es lo que representa su nuevo nombre.

¡No te pierdas la oportunidad de luchar! La conquista personal produce mucha satisfacción.

Más allá

Pero todavía hay un «más allá». Tiene que ver con el consumo, consumo de lo que sea. Esta experiencia interior, que comienza con la lucha, conduce a un cambio de percepción de la realidad. Hay una película que se llama «belleza inesperada» que muestra algo de esto. Lo que sucede es que se enciende en la emoción humana una especie de entusiasmo mezclado con intuición e inspiración, sólo que surge de dentro y no de estímulos externos. Este impulso (Impulso de vida en términos psicoanalíticos) tiene un potencial imprevisto e impensado.

¡Nos vemos pronto!